La única cosa más difícil que un cliente exigente, es un empleado que se convierta en un reto. Un cliente difícil se puede manejar, pero un empleado difícil puede ser un gremlin para su negocio. Son por lo general la causa de la disidencia improductiva, producen grietas en la colaboración, y hacen pobre el ambiente de trabajo.  Sin embargo, todos los empleados difíciles no son cortados por la misma tela.  A continuación le presento una lista de características  de cómo identificar los dos tipos menos conocidos de empleados y cómo lidiar con ellos.

Tipo 1: Los Sufridos

Este tipo de empleado parece involucrar siempre a los de abajo y llevar personalmente la cruz de cada empleado disidente.  Vamos a nombrarle “Sarah”.  Sarah podría ser grandiosa en su trabajo – de hecho, probablemente es porque ella tiende a preocuparse mucho por las cosas. El reto entra en juego porque Sarah también se preocupa mucho por la gente, especialmente la gente que es ignorada. Sarah, sin embargo, está lejos de ser un empleado problema. Ella es un diamante en bruto.

Sarah es probable que sepa cómo sus empleados se sienten realmente porque ella puede conectar con ellos. Es también probable que se lo diga, porque a ella no le intimida la administración.

Sarah no es su problema; ella es una solución de oro a un problema que puede que ni siquiera sabía usted que tenía. El hecho de que Sarah tiene una queja y es capaz de alinearse con los empleados solitarios le dice dos cosas. En primer lugar, su equipo no es tan feliz (que es la razón por la que Sarah sabe sobre eso). En segundo lugar, usted tiene algunos empleados aislados que necesitan volver al redil… y Sarah sabe cómo hacerlo.

Su solución es promover a Sarah al departamento de Recursos Humanos. O darle una posición totalmente dentro de ella como la administradora de la gestión del talento (y ofrecerle la formación) o darle un pequeño aumento de sueldo o un estipendio mensual para también abordar formalmente estas cuestiones. Al hacer esto, usted ha valorado a Sarah y se ha quitado la vista melancólica de su empresa, y además le ha dado una manera formal para abordar cuestiones que es preciso solucionar. Es como  ganar cuatro veces. Usted gana, ganan sus empleados, gana su marca y ganan sus clientes.

Tipo 2: La Serpiente

Este tipo de empleado podría ser un gran empleado, pero el resto de su equipo, probablemente, lo odie. Ellos podrían estar haciendo lo suficiente bien su trabajo: no fallan por lo que no están pendientes de la gestión… pero también no se destacan muy por encima del índice de referencia (porque están en ella por sí mismos).

La serpiente se enfoca siempre acerca de sí misma. Vamos a llamarla Michelle. Michelle se enfoca que todo lo que se trate de ella y es bastante transparente para los demás empleados.

Su problema aquí es un poco más complicado. Por naturaleza, Michelle quiere promoverse a sí misma sobre cualquier otro, lo que la hace una terrible colaboradora.  Ella tiene lo suficiente en su trabajo, pero ella no está motivada para sobresalir en él, lo que significa que está siempre tratando de dar más o menos el mínimo indispensable de ella.

Si a usted no le importa mucho Michelle, es mejor que la sustituya, porque ella es realmente una especie de empleado parasitario. Sin embargo, si por alguna razón usted desea mantenerla en su empresa, entonces usted tiene que encontrar una manera para que ella necesite comprometerse con los otros empleados. Trabaje con ella en equipo con una o dos personas de carácter fuerte y personalidades diplomáticas que puedan trabajar con Michelle en un proyecto. Lo más probable es que Michelle sólo necesitará un poco de entrenamiento en cómo relacionarse bien con los demás.

Haga lo que haga, no la ponga como líder debido a su naturaleza por defecto es tomar las cosas con calma y jugar en su propio beneficio y no para el beneficio de la empresa. Con una serpiente, la solución es tener un lider tipo “lobo” siendo el empleado más fuerte para dirigirla a ella directamente.

La regla de oro para los empleados difíciles es saber primero cómo contratar el adecuado equilibrio de las personas. El segundo es tener una comprensión de la gente y saber cómo detectar y gestionar las cuestiones dificiles. Estas dos reglas a lo largo elevarían a la mayoría de las empresas y organizaciones del nivel mediocre a un nivel excepcional. Si su empresa tiene problemas para identificar los tipos de empleados, entonces es posible que desee considerar contratar los servicios de un consultor de gestión del talento humano. Un profesional, persona o equipo pueden llegar mucho más lejos en la detección y solución de problemas de conflictos de personalidad dentro de su empresa.

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