Me encanta convertir el importe bruto de la televisión en una lección que se puede utilizar para el trabajo. Me hace sentir un poco menos ridículo (hay una versión de dibujos animados de mi mismo… siempre habrá un cierto nivel de ridiculez). Para mi tranquilidad y disfrute de su lectura, aquí está el tema de la semana en Benchmark email marketing 5: Lecciones que Mad Men nos enseñó acerca de la publicidad efectiva.

    1. Una sutileza que recorre un largo camino. Uno de mis elementos favoritos de Mad Men es que la premisa subyacente es que mirando hacia atrás sobre la vida en los años 60 es bastante hilarante. Usan chistes que no se dicen, pero hacen las acciones o ideas de lo que es aceptable en aquel entonces. Los médicos fuman en la sala de examen o mientras reciben a los bebés. Recogiendo una manta de picnic y sacudiendo la basura… y dejarlo allí sobre el terreno. Estas son sólo las acciones, que son pasadas por alto en el diálogo, pero me parece sutil cada vez que los veo. No siempre tiene que golpear a su cliente en la cabeza con su mensaje.
    2. Hacerlos sentir algo. Todavía recuerdo el anuncio de Budweiser que corría por una sola vez a raíz del 9/11. Era una sensación fuerte y todavía me da escalofríos cuando lo veo nuevamente en YouTube. Don Draper (y los guionistas de Mad Men) puso esta idea mucho mejor de lo que jamás podría, al hablar de la idea de nostalgia en su paso por el carrusel Kodak. Dejaré que Don hable por sí mismo:
    3. “Si no le gusta lo que se dice, cambie la conversación.” Sterling Cooper Draper luchaba después de su mayor consideración, una compañía de tabaco fue a pastos más verdes. Se creó la percepción de que iban hacia abajo. Así que Don Draper hizo lo que hace y escribió un editorial titulado “¿Por qué voy a dejar el tabaco?”. Lo que sus socios originalmente consideraron como un suicidio resultó ser su gracia salvadora. Llegó gente hablando de algo que no sea la pérdida de clientes. Si alguna vez frente a algunos de RP negativos siempre se puede utilizar un mensaje publicitario o publicidad por email para que la gente hable de otra cosa.
    4. No hay experiencia de golpe. Los hombres de anuncios de SCPD se dieron cuenta de que sólo pueden hacer tanto, cuando se trata de la copia de la escritura para los productos de las mujeres. Así que, cuando necesitaban inspiración, reunirían a las mujeres de la oficina en una habitación con un espejo de dos vías y el producto a observar. Así es como Peggy acabó consiguiendo su puesto como redactora. Yo vivo haciendo marketing todos los días, así que eso es lo que yo publico en el blog. Ciertamente no estoy calificado para decir acerca de la paternidad o la ciencia de cohetes. Si usted vive por el aliento de su producto, usted puede vender mejor que nadie.
    5. Es importante conocer el quién y dónde. Cuando la publicidad tiene algo que decidir a quién usted está anunciando y donde su producto se está comprando. Hay una escena memorable en que Betty Draper compra una cerveza en un supermercado, con base en las pantallas que habían colocado en el supermercado. Mientras que ella puede haber sentido como si estuviera siendo manipulada, resultó el punto. Los roles de género han cambiado mucho desde los años 60, pero ya entonces sabían que mientras que su producto pueda ser consumido en su mayoría por hombres, son las mujeres las que realizan las compras de comestibles por ese motivo se anuncio ahí.Manténgase informado de las noticias y consejos que le traen los profesionales de e-marketing de Benchmark.
Biografía del autor:

by Andy Shore

Andy Shore found his way to Benchmark when he replied to a job listing promising a job of half blogging, half social media. His parents still don’t believe that people get paid to do that. Since then, he’s spun his addiction to pop culture and passion for music into business and marketing posts that are the spoonful of sugar that helps the lessons go down. As the result of his boss not knowing whether or not to take him seriously, he also created the web series Ask Andy, which stars a cartoon version of himself. Despite being a cartoon, he somehow manages to be taken seriously by many of his readers ... and few of his coworkers.